De esta forma, las webs no estarían atadas a fórmulas clásicas como ".com", ".net" o ".org", sino que "los internautas podrán crear nombres de dominios '.amor' o '.odio'", explicó Twomey, si los reguladores votan favorablemente este próximo jueves.
La corporación (Icann, por sus siglas en inglés) lleva tres años trabajando en esta revolución de la geografía de la Red. Se asegurará, para ello, de que las nuevas extensiones de dominios respeten los derechos de las marcas y de que no se parezcan demasiado a nombres ya conocidos, además de no usurpar identidades de comunidades reconocidas.
"Una comunidad budista ancestral perdida en los confines de Tailandia podrá seguir controlando su nombre", explicó Twomey, y señaló que "por ahora es confidencial" quién será el árbitro que decidirá cuáles serán dominios válidos y cuáles no.
Además, "a partir de ahora, los internautas podrán registrar dominios en alfabeto cirílico, chino o amhérica de Etiopía. Es un desafío técnico, pero imprescindible", aseguró Twomey, quien explicó que el organismo que preside ya ha ensayado con quince idiomas diferentes y varios navegadores.
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