Esta situación, de "cuasimonopolio" de lo que es importante o lo que no lo es en Internet, ha sido denunciada por ejemplo en el informe "Investigación sobre los peligros y oportunidades presentados por los programas de búsqueda en Internet (Google, en particular)", desarrollado en 2007 por el Instituto de Sistemas de la Información y Computación de la Universidad de Tecnología de Graz, en Austria.
Este poder que tiene Google para mostrar la realidad puede ser más polémico si se atiende al supuesto deterioro de los resultados de las búsquedas. Según denuncian algunos internautas, nada ha vuelto a ser igual tras el "upgrade" (actualización) que en enero de 2006 se hizo del algoritmo de búsqueda.
Según esta teoría, en lugar de información fidedigna, numerosos resultados son "trampas" para capturar al internauta diseñadas por expertos en aparecer en las primeras posiciones en las búsquedas de Google, los llamados SEO (Search Engine Optimizer). El objetivo es que el usuario compre los productos o servicios de la empresa para la que trabaja el SEO.
Sea cierto, o no, que los SEO deforman en ocasiones los resultados del buscador, cosa que afectaría tanto a Google como a sus usuarios, lo más preocupante es que a estos últimos les llegue una visión de la realidad interesada, comercial y que excluya todo aquello que no valga dinero, algo que va expresamente en contra de la filosofía imperante en la Red. Son numerosas las voces que reclaman a Google que ponga a cada uno en su sitio ante el spam en los resultados de búsqueda, pero no resulta una tarea fácil.
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